Publicado originalmente en 1967, este libro supuso un hecho excepcional sin precedentes en la historia de la Iglesia: por primera vez un papa dialogaba de este modo con un laico, el filósofo Jean Guitton, a quien el pontífice consideraba un amigo. Estos diálogos revelan la sensibilidad moderna de Pablo VI, su escucha de las aspiraciones y las angustias de sus contemporáneos, ante las cuales «aparece como un padre fraternal, deseoso de hablar con los hombres, sus hermanos y sus hijos, de hacerseoír, de hacerse comprender». Se trata de un retrato de extraordinaria viveza de un papa, ya beato, que ha tenido un papel crucial en la historia reciente de la Iglesia. En él encontramos deliciosas reflexiones sobre la cultura, el humanismo, la conciencia, la belleza, la sexualidad, el papel de la Iglesias en el mundo moderno o la paz.