Dios concedió a la Virgen María gracias y privilegios que nadie había antes tenido ni nadie ya nunca volverá a tener, pues era la madre de su Hijo Unigénito. Pero era también una mujer. Una mujer de carne y hueso, de corazón y sentimientos, como todos los. EDIBESA. 2012. Rústica. Nuevo. Nuevo.