En vísperas de su muerte, y en una larga carta en la que le hablaba a un amigo íntimo de sus primeras experiencias, le decía a propósito de ellas: "Todo ello parece pertenecer a otra epoca y a otro mundo. Creo que actualmente todo mi interes se centra en otra cosa: en el 'mundo del espíritu', y todo lo demás me resulta verdaderamente insignificante y sin importancia. Las cosas que tanto me importaban en el pasado ya no tienen interes para mí. Lo que ahora absorbe todo mi interes son cosas comolas de Achaan Chab, el maestro budista, y estoy perdiendo el gusto por otras cosas. No se si todo esto es una ilusión: lo que sí se es que nunca en mi vida me había sentido tan feliz y tan libre..." Estas palabras dan una idea bastante aproximada decómo era Tony -y de cómo lo veían los demás- en su ºltima etapa, antes de que nos dejara tan inesperadamente, cuando faltaban tres meses para que cumpliera cincuenta y seis años. No son muchos los que compartirían plenamente todo cuanto el dijo o hizo, especialmente cuando traspasaba los límites establecidos de la aventura espiritual (ni tampoco esperaba Tony que le siguieran dócilmente, sino más bien todo lo contrario). Lo que a tantos atraía de su persona y sus ideas era precisamente que Tonydesafiaba a todos a cuestionar, exami